sábado, 18 de abril de 2009

Un amor más allá del amor


Hoy amanecí pensado en ti. Siempre lo hago, pero hoy llegaste con más fuerza mientras hablaba con mi corazón. Con algunas lágrimas en los ojos me preguntaba si la vida ha sido justa y de repente apareciste en mi jardín dibujando flores y árboles para mí, mostrándome el lado más bello de la vida. Corrí a tu lado para flotar en tus brazos mientras me ahogaba el deseo de que susurraras al oído que habías encontrado la paz. Pero no hablaste, sólo miraste con esos ojos llenos de bondad y nobleza que desde niña me dieron tranquilidad. Fueron tus ojos lo primero que vi en mi vida y tus dedos haciendo círculos sobre mi frente la primera sensación de tacto que habita en mi mente. Mi heroína, la que ha sobrevivido a tantas desdichas, hoy luce más hermosa que nunca aún cuando sabe que nadie podrá regresar el tiempo ni cambiar su historia. Por eso, durante mucho años durmió y compartió mis sueños llenándome de besos, extasiando de amor los primeros años de mi niñez, para que en esas noches oscuras no me sintiera frágil como se sintió ella. Cuando abrí los ojos mamá ya no estaba en mi jardín, sólo una flor junto a la tierra fresca. La tomé entre mis dedos y pensé: “Gracias a ti en mi corazón siempre florecerá, pues nada puede ser más difícil que tu propia historia”. Hoy me quedo con las flores y los árboles que dibujaste para mí. Te amo.

De amores y flores